Por qué nunca deberías beber alcohol después de hacer deporte
No nos resulta extraño escuchar la frase que reza: “una cerveza después de hacer deporte nos hidrata” discutir el motivo por el cual esta afirmación empezó a hacerse popular no es el motivo de este post, sin embargo si vamos a desmentirlo. Después de discutirlo con varios profesionales podemos decir, sin ningún tipo de duda, que: consumir bebidas alcohólicas tras cualquier tipo de entrenamiento es perjudicial.
A pesar de que el deporte es algo que repercute positivamente en nuestra salud física y mental, es indiscutible que después de un entrenamiento nuestro cuerpo ha sido sometido a un esfuerzo, ha sufrido y necesita recuperarse. Por tanto, introducir una toxina (como el alcohol, aunque su consumo esté socialmente admitido) cuando nuestro físico está “convaleciente” no es buena idea.
Así lo prueban varios estudios científicos, que dejan claro que beber alcohol después de entrenar es malo a varios niveles, y particularmente dañino para los músculos.
Sin hormonas ni fibra para recuperarte
Como hemos apuntado anteriormente, después de un esfuerzo físico en el que ponemos a prueba nuestros músculos, éstos necesitan recuperarse, así como reconstruir los tejidos que se han dañado o destruido con el ejercicio que hemos realizado. Este proceso empieza a realizarse poco después de terminar nuestro entrenamiento y, al consumir sustancias alcohólicas, no se termina de completar debidamente.
Según parece, está comprobado que el consumo de alcohol bloquea la producción de algunas de las hormonas necesarias para que el organismo repare adecuadamente los tejidos.
Por tanto, podemos decir que el alcohol no permite a nuestros músculos funcionar a pleno rendimiento, ya que su recuperación tras un esfuerzo no llega a completarse. De hecho, no sería de extrañar que en las sesiones de mayor intensidad (como por ejemplo aquellas en las que se busca la hipertrofia muscular) se produzcan algunas lesiones o que alcances tus objetivos de una forma más paulatina de la que deberías.
Las lesiones musculares, mucho peores si hay alcohol
Sin duda alguna, lo peor que aporta el consumo de alcohol tras la realización de algún deporte son las lesiones musculares graves. Debido a su efecto vasodilatador periférico (ensanchamiento de los vasos sanguíneos para aumentar el caudal de sangre que circula por ellos) una pequeña fisura en nuestro tejido muscular o un desgarro pueden acabar provocando pequeñas hemorragias y sangrados.